lunes, 17 de octubre de 2016

EDUCAR DE OTRA MANERA EN PRIMARIA

Lenguaje, Matemáticas, Inglés.... llenan los horarios escolares.

En un artículo publicado en ANCLA  con el título de "Niños pesados", denunciábamos el exceso de libros y material que los niños y niñas necesitaban, ¿necesitan?, para sus estudios.

Presentábamos una fotografía de escolares con carritos para llevar los libros. Por desgracia ya no son 8 o 10 como entonces. Ahora son 8 o 10 lo que no tienen su carrito.

Y me planteo los siguientes interrogantes:

¿ Es necesario cargar de esa manera a crios de 6, 8, 10 años ?
¿ No es hora ya de reestructurar de verdad y a fondo la educación ?
Si estamos de lleno en un mundo tecnológico con calculadoras en los relojes de pulsera, telefonía inalámbrica, ordenadores, internet, CD y CDrom, y tantos y tantos avances que nos permiten acceder a cualquier tipo de información en segundos, ¿ no será el momento de abandonar multitud de contenidos memorísticos y profundizar mucho más en todo lo que se refiere al área lingüística en sus diversas facetas: oral, escrita, lectora, de imagen, de comunicación.....?

En el mundo actual de tantos avances tecnológicos los educadores han de ser a la vez educandos. Saber enseñar y saber aprender. Piensen en como un alumno puede saber más de ordenadores que su profesor.

Creo que la progresión conocimientos-procedimientos-actitudes debería ser al contrario. Primero crear actitudes de trabajo, solidaridad, amistad, comprensión, respeto, colaboración y tantas otras. Procedimientos para saber llegar a la información que necesitaremos en cada momento, para saber actuar ante determinadas situaciones, para saber resolver diversos aspectos de la vida tanto particulares como familiares y burocráticos...

En base a estas actitudes y procedimientos podríamos definir la clase de conocimientos necesarios que logicamente comenzarían por todo lo relativo y relacionado con el lenguaje.

Todo educador debería ocuparse en proyectarse hacia el futuro. No se educa para el pasado, ni incluso para el presente. Se educa para el futuro. Y por ello el profesor debe prever lo que el escolar necesitará al cabo de 10, 15 o 20 años.

Hace falta educar en actitudes y valores. Formar personas imaginativas, cuidadoras del mundo y de la naturaleza, capaces de resolver cualquier contingencia, solidarios y creativos.

Las auténticas reformas educativas deben salir desde dentro. No deberían venir impuestas ni ser tan estrictas e inmóviles. Conocimientos de hoy pueden ser inútiles mañana. Si desde la escuela se detecta por ejemplo, una grave problemática en la convivencia de los colegios, será necesario introducir en los programas y en los horarios procedimientos y conocimientos para subsanar ese problema, con rapidez y sin esperar a que se legisle una reforma educativa. Y por ello, si es necesario disminuir las horas dedicadas a Educación Física o a Conocimiento del Medio, por ejemplo, para incrementar el tiempo dedicado a educación para la convivencia, pues hágase.

Todo lo escrito hasta ahora caería por su base si no se pudiese contar con un profesorado comprometido y convencido del objetivo principal a conseguir, meta que es válida ahora y en el futuro. Por ello lo primero es educar en actitudes y valores, pero sabiendo que solo los valores y actitudes no educan. Quienes educan son las personas, los padres y profesores.... que tienen asumidos esos valores.

Es por ello que debemos encontrarnos con padres y maestros que sepan dialogar con sus hijos y alumnos.

Padres y maestros ciudadanos del mundo y con visión universalista.

Maestros y padres con profunda formación espiritual y humana.

Maestros y padres que sepan descubrir en ellos lo mejor de cada uno. Que sepan alabar más que reprimir.

Padres y maestros defensores de la naturaleza como morada común de todos para ahora y para el futuro.

Padres y maestros creativos, alegres, motivadores....

En una palabra, maestros y padres que sepan AMAR.

Badajoz, noviembre 1.997

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