viernes, 26 de febrero de 2016

A veces el problema disciplinar en las aulas  no es de los alumnos. Ocurre por algún profesor o maestro. Esta afirmación levantó cierta polémica entre los profesores pero lo que afirmo es una realidad basada en hechos comprobados.
En la enseñanza, en la educación, igual que en todas las profesiones y actividades  hay funcionarios buenos y peores. Los hay vocacionales y sin vocación. Quienes disfrutan con su trabajos y son felices con lo que hacen y otros que están deseando acabe la jornada.
Quienes preparan bien sus clases, las hacen atractivas, conocen a sus alumnos, saben dar un toque de humor a los posibles problemas, son capaces de "conquistarse" a los mas conflictivos, normalmente no tendrán problemas de convivencia.
Después de 42 años dedicado a la educación puedo plantear los siguientes interrogantes:
¿Por qué un mismo grupo de alumnos es radicalmente distinto cuando su  clase la imparte el maestro o profesor A o el B?
¿Por qué no se apoya la escuela o el instituto antes que en la adquisición de conocimientos en la formación de valores?
¿ Por qué no se potencia aún mas la figura del tutor?
Tuvimos un alumno muy rebelde, peleón, un desastre en los recreos. Hablamos con él y le añadimos al equipo de "los petos verdes" que se encargaban ayudando en los recreos a los profesores de servicio. Asumió esa responsabilidad y de esta forma sencilla solucionamos su problema.
Afirmo que la naturaleza humana y en especial la de los niños y jóvenes, es buena.  Misión de los educadores debería ser averiguar las causas de algunos comportamientos malos tanto en los ámbitos educativos como intelectuales.
Y  vuelvo a repetir: ¿Porqué con unos maestros los alumnos tienen mejor comportamiento y aprovechamiento que con otros?. ¿No será que el PA conoce mejor al  alumno AA?. 

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