viernes, 13 de enero de 2017

Práctica.......¿ practicas ?

Pongamos de manifiesto unas premisas.

La amplia gama de actividades humanas se podrian clasificar en varios amplios grupos. Por una parte aquellas que se dirigen a lo más noble, como puede ser la educación, la formación moral, cívica y religiosa. En otro grupo pondríamos las actividades cuya misión es cuidar o salvar el cuerpo. Aquí entraría la medicina, la formación física en todas sus facetas, el ocio y el entretenimiento. Finalmente en un tercer grupo entrarían las que tratan con cosas, papeles, materiales, etc.

No cabe duda que aquellas profesiones dedicadas a formar al ser humano deberían ser las más estimadas y mejor cuidadas si realmente estuvíeramos en una sociedad no materialista ni consumista. Dentro de estas profesiones ocupa lugar de privilegio la de maestro.

Cuando un médico estudia su carrera tiene diversas prácticas en esos años que consolidan su formación y cuando termina, normalmente realizan el llamado MIR que supone uno o varios años de experiencia. Igual ocurre con aquellos que terminan Químicas, Físicas, etc.

Cuando un alumno o alumna de ITA, ITI o cualquier otra carrera técnica termina sus estudios, debe presentar una experimentación final seria, larga y costosa, muchas veces avalada por alguna empresa.

Los estudiantes de Formación Profesional tienen obligatoriamente que realizar prácticas de empresas y los de las nuevas enseñanzas en forma de Módulos Formativos lo deben hacer igualmente.

Es rara la profesión en la que no se necesite experiencia previa antes de poder acceder a una oposición o a ocupar un puesto definitivo. De hecho leemos con frecuencia en los periódicos que, cuando se solicitan trabajadores para diversas colocaciones, se indica que "se hará un período de formación a cargo de la empresa".

Pues bien, fijémonos en Magisterio. Al ser una profesión dirigida directamente a formar seres humanos en todos sus aspectos y seres humanos totalmente moldeables en razón a sus edades, parece lógico existiera un notable incremento en "practicar" la profesión contactando con la realidad. Estas prácticas deberían abarcar todos los aspectos que el maestro o maestra se va a encontrar en su profesión: faceta intelectual para que domine las materias de estudios, didáctica para que sepa enseñarlas, dominio de las situaciones que puedan presentársele, psicología para saber tratar de forma individual a cada escolar, sociología para que aprenda a convivir con compañeros y padres, y gran dosis de buen humor y optimismo que deben crear clima alegre en toda la actividad educativa.

Pero la realidad es otra. Los alumnos de primero de magisterio hacen 5 dias de prácticas. Los de segundo curso realizan prácticas durante 25 dias y los de tercero otros 25 dias.

Qué es lo que pasa. Sencillamente que los de 1º, ni se enteran. Los de 2º cuando se empiezan a enterar tienen que marcharse y los de 3º, cuando comienzan a tomarle gusto a la escuela, empiezan  a conocer a los niños y a los compañeros, desaparecen del Centro.

Ya hace años que muchos profesores estamos en contra de este sistema. No queremos dinero porque pensamos que ayudar a unos futuros maestros, compañeros nuestros, es un deber que tenemos y una labor aún más bonita e importante que formar a los propios escolares. Es sencillamente formar a formadores. Por eso opinamos que a las prácticas de magisterio habría que darles la importancia que realmente tienen y si es necesario que los futuros maestro tengan un año más de preparación práctica, pues que lo tengan. Sería un bien para ellos, para los niños y para el propio Centro. Entre otras cosas ayudarían en multitud de actividades y apoyos.

El aumentar el tiempo de prácticas no es nada nuevo. Hace años ya se hacía así. Recuerdo que el Presidente de Extremadura, Rodriguez Ibarra, junto con otros profesores, visitaba a los Centros durante el año que entonces duraban las prácticas para realizar un seguimiento y asesoramiento de estos alumnos.

Cualquier otro sistema en razón del tiempo sería preferible al actual. Ya sea el año de prácticas o ya sean períodos de varios meses repartidos en los dos últimos años mejorarían notablemente la formación de los futuros maestros. Y si a ello se une un seguimiento y valoración bien definido tanto mejor.

Queda una última cuestión. Bastantes maestros se niegan a ofrecerse para tener prácticas en razón a la supresión de la gratuidad en las tasas universitarias. Si esta supresión se hace para todos y no solo para los maestros, parece lógico sea así.

Pero no es tan lógico que haya algunos con privilegios y otros sin ellos. O todos moros o todos cristianos. ¿Se llama también a eso solidaridad?.

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