EDUCAR
DE OTRA MANERA EN PRIMARIA
Lenguaje,
Matemáticas, Inglés.... llenan los horarios escolares.
En
un artículo publicado en ANCLA con el título de
"Niños pesados", denunciábamos el exceso de libros y
material que los niños y niñas necesitaban, ¿necesitan?, para sus
estudios.
Presentábamos
una fotografía de escolares con carritos para llevar los libros. Por
desgracia ya no son 8 0 10 como entonces. Ahora son 8 o 10 lo que no
tienen su carrito.
Y
me planteo los siguientes interrogantes:
¿
Es necesario cargar de esa manera a críos de 6, 8, 10 años ?
¿
No es hora ya de reestructurar de verdad y a fondo la educación ?
Si
estamos de lleno en un mundo tecnológico con calculadoras en los
relojes de pulsera, telefonía inalámbrica, ordenadores, internet,
CD y tantos y tantos avances que nos permiten acceder a
cualquier tipo de información en segundos, ¿ no será el momento de
abandonar multitud de contenidos memorísticos y profundizar mucho
más en todo lo que se refiere al área lingüística en sus diversas
facetas: oral, escrita, lectora, de imagen, de comunicación.....?
En
el mundo actual de tantos avances tecnológicos los educadores han de
ser a la vez educandos. Saber enseñar y saber aprender. Piensen en
como un alumno puede saber más de ordenadores que su profesor.
Creo
que la progresión conocimientos-procedimientos-actitudes debería
ser al contrario. Primero crear actitudes de trabajo, solidaridad,
amistad, comprensión, respeto, colaboración y tantas otras.
Procedimientos para saber llegar a la información que necesitásemos
en cada momento, para saber actuar ante determinadas situaciones,
para saber resolver diversos aspectos de la vida tanto particulares
como familiares y burocráticos...
En
base a estas actitudes y procedimientos podríamos definir la clase
de conocimientos necesarios que comenzarían por todo lo
relativo y relacionado con el lenguaje.
Todo
educador debería ocuparse en proyectarse hacia el futuro. No se
educa para el pasado, ni incluso para el presente. Se educa para el
futuro. Y por ello el profesor debe prever lo que el escolar
necesitará al cabo de 10, 15 o 20 años.
Hace
falta educar en actitudes y valores. Formar personas imaginativas,
cuidadoras del mundo y de la naturaleza, capaces de resolver
cualquier contingencia, solidarios y creativos.
Las
auténticas reformas educativas deben salir desde dentro. No deberían
venir impuestas ni ser tan estrictas e inmóviles. Conocimientos de
hoy pueden ser inútiles mañana. Si desde la escuela se detecta por
ejemplo, una grave problemática en la convivencia de los colegios,
será necesario introducir en los programas y en los horarios
procedimientos y conocimientos para subsanar ese problema, con
rapidez y sin esperar a que se legisle una reforma educativa. Y por
ello, si es necesario disminuir las horas dedicadas a Educación
Física o a Conocimiento del Medio, por ejemplo, para incrementar el
tiempo dedicado a educación para la convivencia, pues hágase.
Todo
lo escrito hasta ahora caería por su base si no se pudiese contar
con un profesorado comprometido y convencido del objetivo principal a
conseguir, meta que es válida ahora y en el futuro. Por ello lo
primero es educar en actitudes y valores, pero sabiendo que solo los
valores y actitudes no educan. Quienes educan son las personas, los
padres y profesores.... que tienen asumidos esos valores.
Es
por ello que debemos encontrarnos con padres y maestros que sepan
dialogar con sus hijos y alumnos.
Padres
y maestros ciudadanos del mundo y con visión universalista.
Maestros
y padres con profunda formación espiritual y humana.
Maestros
y padres que sepan descubrir en ellos lo mejor de cada uno. Que sepan
alabar más que reprimir.
Padres
y maestros defensores de la naturaleza como morada común de todos
para ahora y para el futuro.
Padres
y maestros creativos, alegres, motivadores....
En
una palabra, maestros y padres que sepan AMAR.
Badajoz,
noviembre 1.997
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